La noche no es la dueña absoluta.

La noche no es dueña absoluta del terror:

Vivimos en un mundo en el que ver la luna llena nos lleva a pensar en sanguinarios lobos y no en el instante ideal para los enamorados,

Si vemos un gato negro es la mala suerte, ¿pero has pensado en cómo ve un gato blanco a una gata negra en celo?, tal vez no, pero creo podría pensar que esa gata negra es su buena suerte, tal vez la ocasión que esperaba para aparearse.

 

Sin ir muy lejos, basta recordar el miedo que nos daba salir a la calle en tiempos de COVID, porque en la noche vivíamos la paz del toque de queda, a pesar del fatídico momento.

 

Que algún irresponsable estornudara cerca de ti sin tapabocas eran tan aterrador como pasar a pie por un cementerio a medianoche.

 

La noche no es dueña absoluta de la pasión:

 

Si, es verdad que, en las novelas, películas románticas y otro tipo de material mediático las pasiones románticas se desatan en la noche porque el nivel de intimidad, de privacidad es alto, pero no por esto debemos ignorar que amanecer al lado de la persona amada en un domingo lluvioso tiene su toque de romanticismo, el robarse el resto de la mañana para construir momentos dignos de recordar.

 

 La noche no es dueña absoluta de la magia: 

Si es verdad que los colores que suelen usar los magos en sus actos brillan más en la oscuridad de la noche, pero eso no opaca la magia que contagian los niños con todo el cariño que despierta en un amanecer, la magia de su alegría en una tarde en el parque o de sus ocurrencias en cada conversación profunda que tienes con ellos.

 

De manera que la noche es un buen referente para cada una de esas situaciones, pero no quiere decir que es la única y que circunstancialmente no puede ser superada. 

 

¡No!, la noche no es la dueña absoluta de esos momentos o situaciones.

 

 

Lo mismo ocurre con la razón:

El ser adulto te convierte en un buen referente frente a los niños, el ser gerente te convierte en un buen referente para tus empleados, el tener muchas experiencias te convierte en un buen referente frente al inexperto. Pero hay momentos en que el niño opina en base a experiencias que él vivió y tú no, a herramientas que no existieron en tu época, el empleado puede haber descubierto en el día a día detalles que el gerente paso por alto en su análisis porque aprendió siendo empleado en un momento distinto, con técnicas y herramientas que dejó de estudiar para dedicar su tiempo a las exigencias del cargo actual, el inexperto podría estar hablando de una de sus pocas experiencias que fue única o que el gerente no vivió.

 

Esto puede suceder en una relación entre hermanos, líderes de países desarrollados, subdesarrollados o en vías de desarrollo.

 

Generalmente la razón es la limitante, los de un lado se creen dueños absolutos de ella y los del otro saben que no tienen la autoridad para discutirla aun sintiéndose seguros.

 

La clave está en escuchar, entender que la razón la puede tener el otro o puede salir de una combinación de argumentos o conclusiones.

 

Entonces para no perder el respeto como referente, debes tener siempre presente la humildad, la sencillez, de eso se trata y es además una de las claves del éxito.

 

Lograr que te admiren, te respeten ¿y porque no?, incluso que te sigan y no que simplemente te obedezcan por respeto o temor.

 

Gracias por llegar a esta línea...

 

C.R.3.

 

 

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