El perdón como estrategia para recobrar fuerzas y seguir agrediendo

El perdón es una acción que pareciera ser hijo del arrepentimiento y la confianza, el arrepentimiento es un sentimiento que si no genera una decisión no pasa de ser un vulgar sentimiento de culpa y la confianza es una creencia, es creer con seguridad.
El perdón supone además el reconocimiento o aceptación del candidato a perdonado de una mala actuación, de una mala acción.
De manera que perdonar va más allá de dar luz verde a un ser para que siga interactuando en nuestras vidas tal como lo venía haciendo, el perdón involucra nuestros sentimientos y espera haber involucrado los del perdonado.
Es sagrado perdonar, por eso el perdón no se reparte en base a la simpatía u otros factores.
Cuando la relación perdonador-perdonado involucra a muchas personas y esta relación está basada además en el poder, tocar tener mucho cuidado al ofrecerlo o darlo porque es una decisión colectiva cuyo resultado tendrá también un impacto colectivo.
El perdón supone un daño o una ofensa como motivo de la circunstancia que necesita su aplicación.
En el caso de la política hay múltiples ejemplos en que el perdón no es más que un beneficio que se busca como estrategia para recobrar fuerzas y seguir agrediendo, el colectivo debe tener cuidado con esto.
En mi memoria sigue la imagen de Hugo Chávez pidiendo perdón con un cristo en la mano, así como también su actitud agresiva y grosera posteriormente contra aquellos que lo perdonaron.
En las circunstancias actuales no creo en la búsqueda del perdón de la ciudadana fiscal, creo que ante la posibilidad de que el “socialismo del siglo 21” pierda su poder algunos de sus dirigentes empiezan a buscar su tabla de salvación o, peor aún, echan las bases para infiltrarse en un posible nuevo gobierno.
No creo en el sentimiento de culpa de esta señora que en el pasado ha sido cómplice de acciones peores a las que hoy critica, es más, no veo sus acciones concretas que demuestren ese arrepentimiento que se gane nuestra confianza como para merecer el perdón.
Por otro lado, veo un sospechoso silencio de los funcionarios del régimen frente a las declaraciones del hijo del mal llamado defensor del pueblo, mucha mano de seda en este asunto. Ni siquiera me refiero a que deban tomar acciones contra él, sino que dirigentes destacados por su intolerancia, por su falta de respeto han tratado el asunto con manos de seda.
Creo pues, que estamos frente a una posible estrategia en marcha diseñada desde Cuba que tiende a abonar el terreno para buscar la siembra del perdón por parte del ciudadano venezolano o para infiltrar a un posible nuevo gobierno al que atacarían con parte del dinero robado y las estrategias “made in Cuba”.
No perdonar a delincuentes que no han dado muestra de su arrepentimiento es algo que ellos mismos nos enseñaron a evitar, depositar en ellos su confianza es algo que la vida nos ha mostrado como error.
EL pueblo venezolano es fiel creyente de que el desarrollo vendrá de la mano de un mesías, pero también debe ser lo suficientemente inteligente como para saber cuándo el supuesto mesías juega con sus pensamientos, sus sentimientos y su fe.
Gracias por llegar hasta esta line…

C.R.3.

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