Crisis humanitaria, no de valores y virtudes

La crisis que estamos viviendo los venezolanos venía siendo advertida a gritos, el clamor de S.O.S Venezuela se extendió por el mundo y por el mundo fué ignorado, a pesar de que se advirtió que las consecuencias impactarian a varias naciones, especialmente las vecinas, algunos gobiernos y personajes entendieron la magnitud del problema por venir y se sumaron a la causa, hoy el lobo ha llegado ante la mirada sorpresiva de quienes sufren su presencia.
Pocos trabajan de la manera correcta frente al problema, un muy pequeño grupo de coterráneos salen con la exigencia del apoyo de un papá país adoptivo como pago a el recibimiento que nuestro país diera a sus habitantes años atrás, y no es que estoy en contra del principio de reciprocidad, sino que la reciprocidad debe basarse en que te ofrezcan la oportunidad y no que te pongan todo en bandeja de plata, que debemos entender que esos ciudadanos que llegaron a Venezuela desde tierras lejanas no dejaron cuentas por pagar, no puedes esperar que te reciban como si fueras un ser superior. Con la misma humildad con que se levantaron quienes escojieron a Venezuela como segunda patria debemos levantarnos nosotros, ellos se fajaron solos, no es una deuda que sus paisanos deben saldar. Ellos trabajaron muy duro y se desarrollaron, contribuyendo a la vez con el desarrollo del país, nos guste o no es una realidad.
Es decir, la solidaridad debe ser recíproca, pero no por ello vamos a exigir mejores condiciones de las que nos puedan ofrecer.
Y es precisamente lo que algunos inmigrantes Venezolanos y las autoridades de los países donde llegan no entienden.
Venezuela está exportando mano de obra calificada cuya formación no le costó ni un dólar  al país destino, mano de obra que bien aprovechada podría contribuir con el desarrollo de sus naciones como lo hizo la hola de inmigrantes que llegó al nuestro en el pasado.
Los venezolanos debemos entender que tenemos que ganarnos el respeto de los ciudadanos donde vamos, debemos hacer el esfuerzo por integrarnos a su cultura, por compartir nuestras costumbres, a mostrar lo mejor de nosotros y a ser competitivos y los gobernantes deben entender que el venezolano necesita oportunidades, hay algunos malos, es cierto, el índice de delincuencia en el país era grande y esos malhechores huyen también de la crisis.
Los gobiernos deben ser selectivos, si, pero en materia social, deben dar la oportunidad al que llegue a trabajar, no todos profesionales, lógicamente, porque los países necesitan de todo. Darle el apoyo al profesional para juntos crecer, pero además, por cuestiones humanitarias, también necesita oportunidad el que no es profesional pero tampoco delincuente, necesita la oportunidad para poder enviar medicina y alimentos a quienes deja sufriendo en un país casi destrozado por el comunismo y los delincuentes deben ser castigados por los delitos cometidos como lo establece la ley.
La solidaridad entre nosotros también debe estar presente para atender los casos de emergencia, de quienes realmente no pueden y para lavar la cara de nuestro gentilicio.
Es falso que el ciudadano venezolano llega a llevarse el dinero del país donde va, la otra forma de ver las cosas es que viene a dejar su esfuerzo y es justo que tenga la libertad de hacer con su dinero lo que quiera siempre que sea lícito, además, cuanto manda un venezolano a Venezuela?
Probablemente con 20 dólares puede resolver muchos problemas a la familia, pero para hacerlos vive en un país donde compra comida, paga alquiler, transporte, servicios, diversión y en cada cosa que paga esta incluido el impuesto al valor agregado.
Esos 20 dólares que el venezolano envía a su familia es menos que lo que gastan otros ciudadanos en vicios, además, cuantas transaccionales no sacan parte del dinero producido al país de sus dueños. Que les decimos?, que se vayan?
Otro capítulo aparte es el de la violación de los derechos humanos de los inmigrantes, en estos últimos días, en Curazao, hemos sido testigos de los excesos cometidos por la policía y de la campaña de algunos medios de comunicación en pro de la xenofobia. Esto tiene que parar, porque la xenofobia no es algo que impacte a un solo sector sino a ambos, el inmigrante también la desarrolla gracias a los abusos de los que son víctimas.
La integración es urgente, la xenofobia está tocando a nuestros niños y la están viendo como algo normal.
Así como en el pasado, con el S.O.S advertimos la situación actual, hoy advertimos también el riesgo que corren los países sino evitamos que la xenofobia se asíle en los pasillos de sus escuelas.
Hay que bajarle 2 a la cosa.
Somos solidarios, pero es momento de ser también autocríticos.

Demostremos que la crisis es solo humanitaria y no también de valores y virtudes.

Gracias por llegar a esta línea.

C.R.3

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