Gobierno de Curazao: Cuidado con los derechos humanos

Cuando un gobierno combate el incumplimiento de unas leyes incumpliendo otras, los límites de la violación de los derechos humanos se vuelven imperceptibles y se corre el riesgo de pasar de defensor a infractor.

La "cacería" o persecución de venezolanos indocumentados que están desarrollando las autoridades curazoleñas en momentos en que se ha declarado la crisis humanitaria en Venezuela, la presunta  negativa a dejar que a los detenidos los visiten sus abogados, que sus familias le hagan llegar productos para satisfacer necesidades básicas como el aseo personal, a proveerles una buena alimentación y otras presuntas irregularidades que estarían sucediendo, colocarían al gobierno Curazoleño en una peligrosa situación frente a organismos defensores de los derechos humanos.

Si bien es cierto que la isla es pequeña, que no está preparada para albergar a muchos refugiados porque los servicios públicos colapsarian porque no tiene la infraestructura necesaria, también lo es que las consecuencias de una crisis humanitaria en un país vecino, advertida años atrás, no pueden ser combatidas con represión, promoción de la xenofobia y maltrato psicológico.

Los venezolanos con residencia legal en este hermoso país agradecemos las oportunidades de desarrollarnos que se nos ha dado, la amabilidad de la mayoría de los locales, el buen trato que le han dado a nuestros hijos, el respeto..., sabemos que el Curazoleño es un pueblo noble, que sufre, que entiende el dolor de quien se sacrifica por su familia y más si esta se encuentra distante. Nuestros actuales gobernantes son parte de esa población y como tal deben tener conciencia de lo que está sucediendo, solo falta que comprendan que un ser humano es más que un número en las estadísticas, que un grupo de personas sufriendo son más importantes que un punto en las encuestas o un voto en unas siguientes elecciones, los gobernantes son cristianos que saben que lo que hacen es observado por Dios, por eso confiamos en su rectificación, además que como personas inteligentes deben saber que no pueden poner al país en la lista de los violadores de derechos humanos simplemente por tratar de mostrar más carácter del debido.
Por otro lado, los medios asumen también una promoción de la xenofobia en el ciudadano curazoleño a través del manejo que le dan a las noticias. Si hay 3 crímenes cometidos en un día y uno de ellos es perpetrado por venezolanos (aun siendo el único en la semana en medio de varios cometidos por gente de otras nacionalidades, incluida la local) ese último es el escogido como titular.

Las noticias positivas sobre el trabajo social-comunitario  que venimos haciendo por el país no ocupan ese espacio, la colaboración en la limpieza de playas, recuperación de escuelas, de lugares históricos, la promoción de la integración por ejemplo.
No pediríamos castigo a la prensa porque eso sería ir en contra de la lucha a favor de la libertad de expresión que hemos librado en Venezuela, pero sí hacemos un llamado a darle a la ética el lugar que le corresponde, a pensar en las consecuencias de ese tipo de publicaciones y si vale la pena promoverlas con tal de aumentar las ventas.
Los venezolanos conscientes de esta situación y que sufrimos por lo que ocurre con nuestros hermanos en Venezuela y los que llegan acá en situación crítica, vamos a estar de frente en la lucha por un buen trato hacia ellos, quienes delinquen deben recibir el peso justo de la ley, deben ser castigados y las autoridades son responsables de hacerlo,  exhortamos a ese pequeño grupo a asumir una conducta digna de nuestro gentilicio, a no dañar la imagen de nuestra bien amada Venezuela, no pueden pretender que se les mantenga abierta una puerta que forzaron, escapando de una situación insostenible, y ver a quienes ya están dentro como enemigos o víctimas sino como quienes pueden tenderle una mano.

El gobierno por su parte, debe de una vez trabajar en función de albergar la cantidad de refugiados que pueda y pedir ayuda a países vecinos para que se comprometan con otro número de refugiados, pedir ayuda también con los recursos y servir como puente para aquellos que por problemas de capacidad no puedan atender, pero no enviarlos de regreso al lugar del que escaparon, a la crisis de la que huyen porque eso los haría cómplices de violación a los derechos humanos.

Quiera Dios que se entienda la gravedad de la crisis humanitaria y se impongan la sensibilidad social y la solidaridad con los más débiles.

Gracias por llegar a esta línea.

C.R.3

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