A 6 meses del cambio de liderazgo

Me preocupa el hecho de llegar a mitad de año y ver que se ha predicado la doctrina de cese a la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres con una ideología que se ve como un GPS con la batería acabandose y los programas para llegar a la transición quebrados por las circunstancias.

La violencia no ha sido una opción lógica y cada vez que el régimen la ha provocado el ciudadano es quien pone la sangre, la piel, la vida.

Quedan 6 meses, 6 meses de un liderazgo construido con valentía con coraje, con decisión y esperanza, pero sobre todo con comunicación, Guaidó ha hecho lo que ha podido y el tiempo se le acaba, el próximo año estrenaremos presidente de asamblea y tendrá que ingeniárselas, hacer una reingenieria de la oposición, tratar de mantener la doctrina de Guaido y enfocarse en lo que se ha fallado, en los planes.

No es fácil ganarse la confianza en un país en el que casi todos hemos sido engañados, algunos de los que no votamos por Chávez ni creímos en Falcón caímos en la trampa de Arias Cárdenas, mientras que otros creyeron que la abstención era la vía, no hay que olvidar a quienes desde la oposición oxigenaban al régimen al hacer negocios con este, construyendo falsas esperanzas para muchos con soluciones para pocos, una complicidad inocente y tal vez perdonable porque sólo trataban de sobrevivir.

Llegó el momento en el que la abstención se montó en la cresta de la ola y en medio de ella apareció Guaidó.

Pero hay una situación grave y es que algunos en el país, que no creen en el régimen, ven en un delincuente (extranjero además) a un Salvador.

El paisa comienza a convertirse en el ídolo de algunos por su reacción frente a unos comunistas socios de la guerrilla colombiana, esos que una vez depositaron su esperanza en Duque, Bolsonaro y Trump, por cierto que a Trump podría acabarsele el tiempo y con el tiempo podríamos no saber cuál es la politica de Norteamérica frente a la situación de Venezuela o peor aún, descubrir que deciden ignorarla, más aún frente a la posibilidad de una guerra con Irán que podría ocupar toda su atención.

Mientras tanto, los verdaderos héroes, los verdaderos líderes están desterrados o atemorizados (con sobrada razón). Sobre todo esos héroes anónimos que han decidido quedarse en el país y luchar para que su familia sobreviva, esas parejas protectoras de sus hijos.

6 meses  en los que la comunidad internacional reconoce a Guaidó pero acepta a los representantes diplomáticos de Maduro, razones hay, ellos no son quienes lo nombran y el gobierno interino ha tomado la iniciativa de reemplazar a algunos pero no sabemos si precisamente los que no lo han sido es por la negativa de los países donde se supone que nos representan.

Se han logrado cosas, claro que si.
La apertura de las puertas de algunos países para recibir a nuestros hermanos, la ayuda de organismos internacionales para que subsistan, la ayuda Humanitaria que logró entrar y la aceptación de los pasaportes vencidos en algunos países, permitiendo la movilización de nuestra gente entre ellos.

Pero el ciudadano quiere más, espera más, necesita más y no sabe qué hacer para lograrlo, lo único que ha quedado es la seguridad de que el enfrentamiento interno sería desfavorable para quienes creemos en la libertad y la fé de que la ayuda para salir de esto llegará de uno o más  gobiernos extranjeros (más que esperanza una necesidad)

Quienes estamos en el exterior tenemos el compromiso de ayudar a nuestros refugiados y aclarar cual es la verdadera situación que viven, convertirnos en su voz y buscar la manera de ayudarles a subsistir.

No, ayudar a migrantes vulnerables que huyen, de manera forzada, de una nación que se ha convertido en un infierno, a un país donde no se les reconoce la condición de refugiados no es promover el socialismo.

Ellos se esconden de una "cacería" policial que busca llevarlos a un encierro inhumano donde además se les violan sus derechos, están dispuestos a trabajar pero les cierran las puertas.

Les avergüenza la dependencia pero las circunstancias le obligan a bajar la cabeza y aceptar lo poco que se les ofrece para poder sostenerse mientras se levantan y se mantienen.

Y por si fuera poco algunos hasta tienen que soportar ataques de xenofobia, hechos aislados tal vez pero de suma gravedad para quien lo vive, para el que lo sufre.

Amanecerá y veremos.

Gracias por llegar a esta línea...

C.R.3.

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