Caridad vs. hipocresía
La semana pasada estuve reflexionando sobre la comparación entre la belleza como valor, filosóficamente definida como tal, y la fidelidad. Hoy quiero pasearme por lo que sería comparar la caridad con la hipocresía.
Definir la caridad parece algo difícil, toda vez que generalmente solo quien da puede saber si es caridad, si se desprende de algo que le estorba o si hay otro objetivo detrás del acto.
Generalmente dar a los necesitados delante de una cámara deja sus dudas. Si la cámara llega allí por casualidad el gesto no debería suspenderse por el qué dirán. Dar para luego exponer las fotografías promocionandote como un ser caritativo, con fines proselitistas, no tiene nada de ético y menos de noble.
De allí lo difícil de evaluar la caridad, es por ello que prefiero compararla con otro valor en escenarios que se suponen tienen que ver con una misma persona o institución, lo compararemos con la sinceridad. Los valores son binarios, esto quiere decir que o se es sincero o no se es, nadie es más o menos sincero o más o menos caritativos. Cuando un valor se manifiesta en el extremo negativo suele hablarse de antivalores. En el caso de la sinceridad su contraparte es la hipocresía. Nos referiremos a la hipocresía como antítesis de la sinceridad en este escrito para facilitar su comprensión.
Que pensaría usted de una persona con imagen mediática que hace donativos a las iglesias y ONGs pero da mal trato a los indigentes que se le acercan a pedir un pedazo de pan?, o del que le da una taza de leche o azúcar a un vecino necesitado y apenas se retiran los critica por pedir?, es allí donde un acto de caridad podría ser parte de uno de hipocresía.
Como la vez anterior vamos a evaluar hechos en los que estén involucrados los políticos.
El gobierno de Curazao, debido a la pandemia, suspendió los controles migratorios y creó un programa de integración responsable en el que los requisitos para que un migrante forzado en estado de vulnerabilidad legalice su estadía siguen siendo imposibles de lograr para una persona en estas condiciones, pero declara ante los medios que es una medida humanitaria el darles un lapso para que puedan conseguir documentos y montos de dinero que por la misma crisis de la pandemia son difícil de conseguir y que por esta razón otros países decidieron aceptar documentos vencidos y dar facilidades.
Lo humanitario está en tenderles la mano y no en darles un plazo mayor para llegar donde no pueden sin esa mano, lo humanitario está en atender su vulnerabilidad, en minimizar sus riesgos.
Una vez pasada la etapa más difícil, ese "caritativo" gobierno decide reiniciar la "cacería" de indocumentados, con más rigor, y permite el llamado al ciudadano común a incorporarse a esa persecución, además de ver cómo prolifera la difusión de mensajes xenófobos sin emitir un pronunciamiento en contra.
El gobierno de los países bajos, por su parte, envía ayuda humanitaria en la que incluye a este golpeado sector pero al mismo tiempo colabora con el maltrato en el proceso de detención de los migrantes, conscientes de ese maltrato al que son sometidos en el centro de reclusión porque ya han habido denuncias formales de Human Right Watch, Amnistía internacional e International Refugees en ese sentido.
Esa hipocresía gubernamental opaca los gestos caritativos, se agradece la ayuda humanitaria (naturalmente) pero la política debería estar subordinada a la ética y el ser humano debería ser tratado con dignidad.
Otro acto de hipocresía es el ir todos los domingos a la iglesia a rezar por el prójimo y si en cualquier día de la semana lees algo sobre indocumentados les llamas ilegales de manera despectiva y te solidarizas con la violación de sus derechos humanos porque tu país es solo de los nativos y para los nativos.
De aquí en adelante, amigo lector, no podemos ver los actos de caridad aislados de otros comportamientos, especialmente cuando hay cámaras que capturan el gesto y no sabemos con que intención buscan cacarear anunciando huevos podridos.
Gracias por llegar a esta línea...
C.R.3
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