Evaluamos o jerarquizamos los valores?
Los valores son esas costumbres heredadas que tienen como objetivo la búsqueda de la felicidad, bien a través de la de otros haciéndonos sentir útil, bien directamente haciendo cosas que actúen sobre nosotros o bien ambas.
Los valores tienen extremos y su resultado dependerá de en cuál de ellos nos encontremos.
El que un valor en una persona tienda a resultados negativos no necesariamente le convierte en un mal ser puesto que los valores deben ser jerarquizados y naturalmente evaluados.
Si tomamos la belleza como valor físico debemos preguntarnos qué tanto afecta a la sociedad el que una persona sea o no bella, naturalmente, asumiendo que esa persona no está representando a la sociedad en un concurso de belleza, si ese no fuera el caso seguramente ese valor sería ignorado por usted porque no tiene un valor agregado asociado para otra persona que no sea la evaluada. Pero supongamos que usted evalúa a la persona para decidir iniciar o no una relación de pareja, entonces la belleza será relevante. Pero que tanto?
Y es allí donde viene lo de la jerarquía de los valores.
Supongamos que incluimos otro valor en la evaluación, la fidelidad y que la persona es una de las más bellas de la sociedad pero también una de las más infieles, le daría usted más valor a la belleza a costa de compartir con alguien infiel?
La respuesta podría ser si, dependiendo de los intereses pero si esa es la respuesta entonces usted, como ente evaluador, tiene problemas con sus propios valores porque su felicidad (que es el objetivo de los valores) depende más de la belleza, y de paso la de otra persona.
Podríamos hacer una evaluación más común, a un político por ejemplo, pero en su caso evaluamos la simpatía vs. la honestidad y este fenómeno es digno de ser estudiado más por un sociólogo que por un psicólogo porque en los últimos años hemos visto que al final es una conducta colectiva, y acá hemos fallado como sociedad en la evaluación porque hemos preferido llevar al candidato carismático, popular pero corrupto que al honesto que no se ríe ni con cosquillas.
Y no es que el candidato no nos da señales sino que por una mala jerarquización tendemos a no ver los valores más importantes, nos vamos por lo trivial, generalmente elegimos al que nos dice lo que queremos escuchar sin evaluar las señales que nos da de los otros valores.
Un ejemplo práctico sería Hugo Chávez:
Con sus intentos de golpe de estado demostró que sería capaz de lo peor por conseguir el poder y lo consiguió, nadie pensó que allí habría problema con los valores al tratarse de un tipo capaz de poner vidas en riesgo para conseguir el poder (vida vs. poder), que tal vez podría verse bien en los tiempos de la guerra de la independencia pero no en tiempos modernos, y ese es otro punto que no vamos a evaluar (Los valores cambian para adaptarse a nuevos tiempos, al uso de nuevas tecnologías y las leyes son o deberían ser modificadas para que los valores puedan seguir con el objetivo de proporcionarnos felicidad).
Sigamos con el ejemplo de Chávez, la gente prefirió al que nos dijo lo que queríamos escuchar: Que iba a acabar con la corrupción y convertir al país en una potencia.
Nos engañó?, Claro que no, si desde el principio puso el poder por encima de la vida que se podía esperar de la mentira?
Pero ignoremos ese detalle y supongamos que si nos haya engañado al principio. Pero y después de cambiar las leyes a su favor, después de dejar de invertir en el país para usar el dinero de esa inversión en "planes sociales"?
Realmente la gente siguió apoyándolo a pesar de que destruía el aparato productivo, se alegraba de ver cómo le quitaban las empresas a quienes sabían cómo mantenerlas productivas para dársela a quienes jamás habían administrado más que su hogar y en muchos casos sin criterios racionales.
Solo espero que hayamos aprendido, tal vez no sobre los valores, su objetivo de proporcionar felicidad, el adaptar las leyes para lograrlo o su adaptación con el tiempo pero si a ver más allá de lo inmediato, a darse uso al sentido común.
Gracias por llegar a esta línea...
C.R.3.
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