Navidad en tiempos de fútbol
2022 ha sido el año de la recuperación de los impactos del Covid, una recuperación frenada por otro impacto, el de la guerra.
Así siguió la economía, en algunos países los salarios no pudieron ser indexados a apesar de esa sensación de recuperación, hubo aumentos, si, pero muy por debajo del índice de inflación, claro que sabemos que la inflación no se combate con aumentos de salarios, que estos por el contrario la alimentan pero el poder adquisitivo iba en picada.
En otra área destaca una navidad que comparte el mes con la fiebre del mundial de fútbol, un evento atípico marcado por la caída de grandes selecciones frente a otras consideradas débiles o inexpertas que terminaron demostrando su crecimiento.
Un campeonato mundial que nos ofreció la presencia de grandes estrellas que han dominado las preferencias durante la década y una final Jamás vista.
Al final se impusieron los grandes, las selecciones que ocuparon el primero y segundo lugar en el campeonato pasado quedaron de segunda y tercera respectivamente, demostrando su constancia y preparación.
Se impone un campeón que tenía 36 años sin ganar y representando a un continente que tenía 20 sin hacerlo.
Uno que otro usuario argentino en la red afirma que la selección debería compartir los 47 millones de dólares recibidos para resolver el problema económico de los más necesitados, destacando así el problema más grave del continente que es esperar que alguien venga a luchar para resolver el problema de los que no lo hacen.
En la selección lucharon desde la señora de la cocina que mantenía feliz a los jugadores con sus platos favoritos hasta las grandes estrellas como Messi y el Dibu.
En estos casos lo que debemos aprender es que en cada espacio de trabajo hay que luchar como la selección, en las empresas constructoras cada uno debe luchar como lo hicieron estos héroes, igual en el cine, el arte, la cultura... convertir a cada equipo en campeón para poder sacar su país adelante.
Los demás deben seguir el ejemplo.
Ese es el mensaje que deja Argentina en esta navidad, una selección por la que nadie apostaba, en la que nadie creía y con un Messi que me hizo recordar a Óscar Pérez (algunos periodistas de su país le pedían que renunciará a la selección y su nacionalidad), argentinos con fama de orgullosos, creidos y egoístas que han demostrado lo contrario para con nuestros hermanos que se han refugiado en su país pero además los jugadores de esta selección han dado una gran clase de humildad durante todo el recorrido.
Y en el mundial en general, jugadores que han protagonizado una gran rivalidad dejan otro a las nuevas generaciones y es que no hay que ser enemigo para ser rivales.
Feliz navidad!
Gracias por llegar a esta línea...
C.R.3.
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