Vacaciones de padre e hijo

Las recientes vacaciones con mi niño me llevaron al pasado, como si hubiese entrado a una máquina del tiempo.
Nada que ver con los lugares visitados ni las actividades realizadas. Las sensaciones, las emociones si son comparables.
Cuando mi hermana y/o mi papá nos llevaban por vez primera a Merida, a la playa... Sentía como si iba camino a descubrir otro planeta, no sabía nada del sacrificio que hacían para darnos esos regalos. Hoy entiendo su amor, su grandeza y su deseo de convertir esos momentos en mágicos recuerdos.
Cada sonrisa de mi niño fué un regalo, la satisfacción de saberlo feliz disfrutando de cada instante. Me hizo recordar cuanto vale el esfuerzo por lograr su felicidad.
De esas experiencias que provoca repetir, padre e hijo recorriendo lugares, construyendo aventuras en conjunto, inyectando a nuestras memorias la felicidad de esos recuerdos.
Dios nos bendiga y nos de vida, fuerza y salud para seguir acumulando momentos similares.

C. R. 3

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