Ni socialistas ni capitalistas, somos un país engañado

A veces quiero pensar que con la situación de Venezuela el mundo va a aprender a no elegir a militares violentos para dirigirlos, ni ratificar a corruptos y/o comunistas pero la verdad es que esto no es nuevo. A pesar de experiencias como la de Cuba hay gente que sigue apoyando a dirigentes así, nuestros países no son comunistas ni siquiera socialistas , son ciudadanos engañados, los comunistas son sus gobernantes aunque en el fondo aman las bondades del capitalismo, llenarse de propiedades y lujos en las naciones que cuestionan, vivir como los ricos que critican al tiempo que exigen grandes esfuerzos a ciudadanos que no están en condiciones de dar más por una revolución que ni entienden porque el régimen se limitó a hacerles creer que su objetivo en la vida es apoyarlos para recibir unas miserias que le den fuerza para seguir apoyándolos.
Es difícil pensar que se ha aprendido la lección cuando aún hay gente, dentro y fuera de Venezuela que se identifica con estos narco-terroristas, con comunistas como los de podemos en España o en Colombia con la guerrilla.
En Venezuela la gente pareciera no votar por ideologías sino por promesas y está gente que está en el poder les ha hecho creer que las cumplen cuando en verdad son solo ilusiones.

Hay gente que defiende la izquierda o la derecha, socialismo o capitalismo, pero que en el fondo están identificadas es con el progreso, con el desarrollo y ven una que otra ideología como ese camino para alcanzarlo, pero así como se habla de que hay gente que es socialista o capitalista sin saberlo también hay quienes se creen socialista o capitalista y no lo son.
Estar enamorado o comprometido con el progreso no está mal, lo malo está en perseguirlo con los ojos cerrados.
Dios ilumine la mente de los ciudadanos del mundo para que nadie vuelva a vivir la amarga experiencia de una dictadura antigua como la cubana o moderna como la nuestra.
En la Venezuela actualel ciudadano podría voltear su mirada hacia quien ofrezca el capitalismo como solución a todos sus males, enamorarse de las políticas sociales liberales sin que eso signifique que el capitalismo se inyecte en sus venas. Porque el trabajo de concientizacion no se ha hecho, porque aún no se ha aprendido a votar.
Y es allí donde el peligro de que los desaciertos en la aplicación de cualquier tendencia podrían llevar al país a una tragedia similar o peor que la actual en la búsqueda de ese mesías que sólo ven algunos pero que existe en la unión de los esfuerzos.
El verdadero mesías es la unión de la mayoría, todos trabajando juntos podremos llevar el país a Puerto seguro.

Gracias por llegar a esta línea...

C. R. 3

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