Creer en la igualdad y la justicia no necesariamente te convierte en socialista (parte final)
La justicia social, de la que normalmente se encarga el estado, debe estar orientada a crear oportunidades para aquellos que queden fuera de la elección del empresario, sin competir con sus actividades, también para la infancia, el estado no debe entonces dedicarse a la producción de bienes y servicios que son el motor de la economía ni debe ser intervencionista o controlador pero si vigilante de que las actividades comerciales no pongan en riesgo la seguridad del país, que no haya producción de psicotrópicos y estupefacientes por ejemplo.
No se trata de controlar para conservar o aumentar el poder.
Está entonces en manos de los expertos, los asesores, el encontrar esas áreas que el gobierno debe explorar para ubicar a los que menos oportunidades tienen porque se trata es de eso, de darles oportunidades, acordes a su capacidad o para desarrollar la misma, y no de darles bienes y servicios.
En conclusión, debe respetar las leyes de la economía, el libre mercado basado en la ley de oferta y la demanda, no de controles de precios, la aplicación de programas sociales dirigidos a formar a los más débiles para incorporarlos al aparato productivo y no para hacerlos dependientes eternos o esclavos de una conciencia comprada con medidas populistas.
Gracias por llegar a esta línea y gracias por su paciencia...
C.R.3.
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